Tal como lo describe la Secretaría de Movilidad del Gobierno del Estado de México, el programa de chatarrización nació debido a la necesidad de renovar las unidades obsoletas que circulan en el Estado de México o que están abandonadas.
El objetivo es que los transportistas cuenten con un parque vehicular moderno y, a su vez, que las calles y depósitos se liberen de estas unidades abandonadas que afean los lugares y propician focos de delincuencia.
Según la Secretaría, un vehículo es considerado como obsoleto o candidato al Programa de Chatarrización cuando cumple con más de 10 años de antigüedad.
Los vehículos que se someten a chatarrización son autos que llevan años abandonados en las calles o en corralones y que, tras ser descartada la existencia de reporte por robo, son triturados y convertidos en chatarra.
Luego, estos residuos se venden y los recursos son invertidos por el Gobierno en la adquisición de tecnologías para detectar unidades robadas o en la compra de grúas para el retiro de más vehículos abandonados en las calles.
El Artículo 35 del Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México establece que está prohibido abandonar en la vía pública un vehículo o remolque que se encuentre inservible, destruido o inutilizado.
En este sentido, se entiende por estado de abandono cuando un vehículo no se ha movido por más de 15 días y acumula residuos que generan un foco de infección, malos olores o fauna nociva.
Del mismo modo, son considerados como abandonados los autos que participaron en un hecho de tránsito, que no están en posibilidades de circular y no cuentan con el permiso correspondiente.
Si dejas tu carro abandonado en la vía pública por un plazo mayor a 15 días, te expones a que el auto sea llevado a corralón y a pagar una multa, cuyo valor va de las 10 a 20 veces la Unidad de Medida y Actualización, UMA ($1,037.4 a $2,074.8), según el valor de la UMA para 2023, establecido por la Secretaría de Finanzas.